lunes, 21 de abril de 2014

El final de la vida



Lo que pensamos de la muerte sólo tiene importancia por lo que la muerte nos hace pensar de la vida. Charles de Gaulle


Quiero compartir con ustedes este tema, ya que en estos últimos años he tenido que exteriorizar el tema de la “muerte” sin ningún tipo de tabú, y he tenido que tratar este tema de manera abierto y con plena libertad. Sin embargo, para muchas personas escucharme comentar abiertamente que significa para mi la "muerte", les asombra, es por ello, que mi objetivo en este post es tratar de reflexionar sobre este tema y dejar mis aprendizajes de vida. Y ver este proceso como un fase normal de la vida... 

Hace unos días descubrí el filosofo Stephen Cave que señala  todos los seres vivos, tenemos un deseo de vivir, de proyectarnos hacia al futuro. Mucho de lo que hacemos –esto es parte de la civilización– es una expresión de este deseo de vivir: sembrar, construir refugios, desarrollar medicinas, etc. La gran mayoría de esas innovaciones materiales que conforman la civilización son básicamente tecnologías que extienden la vida, pero con nuestros grandes cerebros y nuestro impresionante intelecto, podemos mirar hacia el futuro y ver que la muerte va a llegar, que nuestro impulso para vivir un día va a ser derrotado. Debemos vivir con el conocimiento de que lo peor que nos puede pasar va un día a suceder –es inevitable–. Este es un prospecto terrorífico. Y para lidiar con este miedo hemos desarrollado estrategias para derrotar la muerte, más allá de alimentarnos y arroparnos. Por ejemplo, tenemos ideas tales como: que viviremos en otro mundo, una cultura que promete que podremos vivir a través de nuestro trabajo. Cada cultura en la historia humana ha tenido al menos una estrategia de inmortalidad que promete vida eterna a los virtuosos. En palabras sencillas: la civilización es lo que hemos creado para negar la realidad de la muerte. 

Soñar con la inmortalidad puede llevarnos a negar este mundo, aquí y ahora. Nos puede llevar a creer que tenemos tiempo ilimitado para perseguir nuestros sueños. Pero no es así: nuestro tiempo está contado. Solo cuando apreciamos esto podremos motivarnos a realmente sacar lo máximo de este tiempo precioso. Cuando apreciamos esto, estamos en más capacidad de enfrentar la muerte: porque es el hecho de la mortalidad lo que nos da la urgencia para vivir y el valor para atesorar el tiempo que nos queda. Como dice Epicureo: cuando llegue la muerte todos nos habremos ido. Todo lo que conoceremos es la vida y al aceptar que es limitada, aprenderemos a valorarla como un tesoro nuestro “ahora”.

Por otro lado, mi aprendizaje de este proceso normal en la vida, que es la “muerte”… es que la vida se asemeja a un libro, donde escribimos todos los acontecimientos de nuestra vida, por lo tanto, no debemos darle tanta importancia a la última página, sino centrarnos en vivir el “aquí y ahora” y de escribir los acontecimientos más relevante de nuestra vida. Siempre recuerdo una frase que me decía mi mami “siempre ofrece amor y comparte con los que están ahora contigo, porque después que se mueran… ellos no van saber nada de lo que le otorgaste después de su partida…” Por lo tanto, te invito a que vivas “el aquí y ahora”, aprovecha tu tiempo tan valioso en vivir tu vida a plenitud, porque inevitablemente todos los libros tienen un final… y es tu responsabilidad lo que este escrito en él.

Le dedico este post a mi mami, que a pesar de saber que somos seres mortales, me gustaría que estuviera por siempre conmigo, pero todo este proceso  me enseño a ser fuerte, a comprender la esencia de la vida, a mirar siempre hacia delante, me enseño que a pesar de cualquier enfermedad nunca se pierde la conciencia por el amor verdadero, y sobre todo me enseño que el amor de madre nunca muere se transforma en un amor infinito.

Les invito a ver el siguiente vídeo, que es una conferencia de Stephen Cave hablando de la  inmortalidad. 






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